viernes, 4 de enero de 2008

DESPERTAR A LA VIDA


Un día, un maravilloso día, descubrí que estaba viva, ví que el mundo es un regalo para disfrutar, para aprender y para encontrar aquello que me llena, donde puedo tocar la magia Y donde los anhelos se convierten en realidad, un lugar donde puedo abrazar a mi alma, donde descubro que se divide y multiplica en la eternidad y entonces sé que mi alma no es sólo mía sino tuya y de todos, el mundo es un lugar donde el amor se materializa a cada paso.

Es un regalo despertar en lo que en otros tiempos solo era fantasía. Cuando llegas desde el lugar donde no había cuerpo ni piel, es un regalo poder estar aquí donde las emociones me enseñan aquello que antes era imposible de sentir.

Mis ojos pueden ver el alba, el atardecer, las montañas y la mirada de quienes amo. Mis oídos escuchan el sonido de la lluvia, el rumor de las hojas que mueve el viento, el canto de un pájaro, el llanto, la risa, la voz que quienes amo. Mi nariz percibe el olor de las flores, de la tierra húmeda cuando caen las primeras gotas de lluvia, el olor del mar, el aroma de la piel de los que siento cerca de mi alma. Con mis labios, mi boca mi lengua, descubro el dulce sabor de la fruta fresca, el gusto salado del mar, el de otra piel y otros labios, el bouqué de un vino y la frescura de un helado. Y a través del tacto recibo el abrazo, el roce de la caricia y el beso que me estremece, el viento cálido que me reconforta y el frío que me despierta. Con los sentidos también puedo ver aquello que me duele, que me ofende, que me avergüenza, que me humilla.

Mi existencia se sublima en la amalgama de todos mis sentidos que envian mensajes directos al alma. Noto el camino bajo mis pies, el sol en mi cara, el agua fresca mojando mis labios y mi garganta, la mano amiga que me da fuerza, esa voz que me regala palabras sabias o dulces o alegres cuando las necesito.

Doy gracias por cada una de las experiencias que he vivido, por las que vivo y por las que quedan por vivir, por la dulzura de un recuerdo, el dolor de una perdida, la ilusión de un encuentro, la sorpresa en cada descubrimiento, la plenitud en cada paso que doy ya sea andando, saltando, bailando, riendo, llorando. Vivir con los ojos abiertos y sólo cerrarlos para sentir con más intensidad aquello que sólo puede verse con los ojos del alma y los del corazón.

La esencia de la vida, es lo que busco desde que renací, está en mí y en todo lo que me rodea. Esa certeza ha hecho que la magia actúe y el destino me ayuda poniendo en mi camino esas almas que yo esperaba y que me estaban esperando, llegan cuando tienen que llegar, quizá el vacío del pasado me da la capacidad de reconocer el valor incalculable del regalo de la amistad y la del amor sublime. Mi alma, mi corazón y mi cuerpo se han destapado y puedo sentir las emociones con más intensidad, siempre para bien porque de todo puedo aprender, puede que haya ingenuidad en mis pensamientos pero es lo que tiene que ser. Hace poco que estoy en el mundo, apenas unos años que abrí los ojos del alma, y mis pasos pueden ser inseguros pero ganan fuerza día a día, experiencia a experiencia, la escuela del pasado y los trabajos de campo del presente son los pilares del futuro, un futuro que compartiré, que no será sólo mío sino universal, ¿Acaso no es una maravilla cada amanecer, cada gota de lluvia, cada flor, cada sonrisa regalada, cada beso recibido, cada lágrima compartida?

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